La capilla de Santa Liberata, fue edificada en honor a la mártir hija de Baiona y primera mujer crucificada en el mundo, Santa Liberata. Es de estilo italiano plateresco y fue comenzada a construir en 1695 por suscripción popular, para poder dar descanso a los restos mortales de la misma Santa Liberata. La fachada del templo tiene dos torres de cada lado y en el centro una hornacina con la imagen de la santa crucificada. El retablo está presidido también por la escena de su crucifixión y por una serie de medallones de alto relieve que representan el martirio sufrido por sus ocho hermanas. 

LEYENDA:

Cuenta la leyenda que en el año 119, gobernaba en Balcagia, hoy identificada como Baiona, el cónsul Catelio, en nombre de Roma. Su mujer, Calsia, tuvo nueve hijas a la vez en su parto, y temiendo que este suceso fuera interpretado como un indicio de infidelidad por parte de su esposo, ordenó a la nodriza tirarlas al rio Miñor. La nodriza, desobedeciendo la orden, las entregó a diferentes familias de aldeanos que las educaron en el cristianismo. En una persecución contra ellos, las nueve hermanas fueron llevadas a presencia de Catelio, y una vez identificadas como hijas suyas, trató de convencerlas de que abandonaran su fe o serían objeto de torturas cómo indicaba la ley romana. Las chicas se negaron a abandonar su fe repetidas veces por lo que su padre las mandó dar martirio y finalmente matarlas. Santa Librada fue la primera mujer en ser crucificada, aunque existen leyendas que afirman que fue degollada. En una placa que se encuentra en la fachada de la capilla podemos leer los nombres de todas las hermanas: Liberata, Xenebra, Victoria, Eumelia, Xermana, Xena, Marciana, Basilia y Quinteria.