La carabela era un tipo de barco utilizado en la Edad Media para la navegación atlántica con propósitos comerciales y militares. Estas embarcaciones llevaban la bandera de Castilla, León y Aragón, las iniciales de los Reyes Isabel y Fernando, y una cruz característica de las monarquías ibéricas.

Técnicamente, las carabelas eran barcos a vela con 3 palos: mesana, mayor y trinquete, y tenían velas cuadradas en el mayor y trinquete, y una vela triangular en la mesana. También contaban con un bauprés y un timón recto en la popa, manejado manualmente con una pala de timón por el timonel. En aquel tiempo, no existía el timón circular de volante.

Durante el viaje de Colón hacia lo desconocido, se utilizaron carabelas, siendo La Pinta y La Niña seleccionadas por los hermanos Pinzón, experimentados marineros y comerciantes de Palos de la Frontera. El barco capitaneado por Colón era una nao de mayor tamaño llamada La Santa María, popularmente era conocida como “a galega” por haber sido construida en Galicia. La carabela La Pinta, bajo el mando de Martín Alonso Pinzón, fue el primer barco de la expedición en regresar a Europa, llegando a Baiona el 1 de marzo de 1493. Colón llegó a Lisboa tres días después.

Después de su regreso, la carabela La Pinta fue reparada en Baiona y se cargó con agua y comida para volver a su puerto de origen en Palos de la Frontera. Trajo consigo mercancías exóticas y dos representantes de los indios taínos, quienes eran nativos de las Bahamas y las Antillas. Sin embargo, debido a las condiciones del viaje, uno de ellos falleció.

La tripulación de La Pinta estaba compuesta por entre 23 y 27 personas, y las condiciones de vida a bordo eran duras. La falta de consumo de frutas y verduras causaba enfermedades como el escorbuto, y también había ratas a bordo. Además del capitán, la tripulación incluía grumetes, marineros, un alguacil, un notario, un médico, el propietario del barco, un piloto o timonel, carpinteros y calafates.

Las carabelas desempeñaron un papel fundamental en la era de los descubrimientos y fueron símbolos emblemáticos de la época. Su diseño y características únicas son un testimonio de las valientes expediciones que se aventuraron hacia lo desconocido en busca de nuevos horizontes.

Para saber mas sobre la vinculación de la Carabela con el descubrimiento de América y con la historia de la villa te recomendamos seguir La Ruta Pinzoniana.